En medio de una época de cambios y de búsqueda de la identidad, aparece una cámara que hace realidad la fotografía espontánea y móvil: Leica I, la primera cámara de 35 mm fabricada en serie por Leitz, se presenta en 1925 en la Feria de Primavera de Leipzig. Se convierte así en la única cámara del mercado que permite capturar un instante a la perfección. Leica I marca rápidamente el comienzo de una nueva era en la fotografía, la autoexpresión, la documentación y el reportaje. Y cambia la forma en que recordamos.
Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje.– Henri Cartier-Bresson, 1932© Dennis Stock / Magnum Photos
Fotografías espontáneas, perspectivas variables: Leica I también proporciona un nuevo lenguaje al periodismo. En lugar de escenificaciones e ilustraciones, surgen cada vez más reportajes fotográficos auténticos, en movimiento, vivos y humanos. Los textos también ganan en profundidad, ya que ahora pueden hacer referencia a las imágenes y no tienen que describir los escenarios con detalle. Así, la nueva forma visual de la narración periodística conquista por igual y con la misma rapidez las revistas y los periódicos.