En 1933 aparece la Leica III, un nuevo hito. Con un segundo dial de velocidad de obturación se pueden ajustar ahora tiempos de exposición más largos. Además, el telémetro integrado convence tanto como en el modelo Leica II, fabricado en paralelo. Mejor composición con más espontaneidad. Pero también gracias a su diseño más robusto y compacto, la cámara Leica III define nuevos estándares en la fotografía móvil y se convierte, por desgracia demasiado pronto, en una herramienta indispensable en el fotoperiodismo de guerra.
Con el ascenso de Hitler, Ernst Leitz II comenzó a ayudar a ciudadanos judíos y disidentes políticos. Muchos de ellos fueron formados dentro de la empresa y posteriormente pudieron salir de la Alemania nazi bajo la apariencia de proyectos laborales en el extranjero para Leica. Viajaron a oficinas de Leitz en el exterior, principalmente en Nueva York. Leitz financió sus viajes y les brindó apoyo a su llegada. Incluso les entregó a muchos de ellos una cámara Leica para incluir en su equipaje de mano. Este valiente esfuerzo de rescate permaneció en gran medida desconocido durante muchos años: un acto silencioso de resistencia y humanidad.
Robert Steinberg
Ser judío le impide a Sternberg cursar estudios universitarios. Ernst Leitz II se encarga entonces de su formación y lo manda a Inglaterra. Allí, Sternberg inventa, entre otras cosas, la famosa cámara Ilford Witness.
Kurt Rosenberg
Ernst Leitz II contrata al mecánico en la sala de exposiciones de Leica en Nueva York, gracias a lo cual consigue salvarlo, por el momento. Rosenberg se alista más tarde en el ejército estadounidense y muere en combate en 1944.
La verdad es la mejor imagen.– Robert Capa, 1937© Collection Capa / Magnum Photos, Photographed by Ruth Orkin